Introduccion

El que es dueño de su pasado, es dueño de su presente. El que es dueño de su presente, puede serlo del futuro.
Historia no era una de mis materias favoritas, justamente, y no entendía por qué mi viejo decía que fuera tan importante. La justificación "conocer los errores del pasado, para que no vuelvan a ocurrir" no me alcanzaba, como creo que no le alcanza a nadie. El interés, que después se transformó en pasión por la Historia, nació de un misterio familiar, y fue una cuestión casi física, al tomar contacto con un lugar donde ellos habían sufrido mucho. Fue casi una necesidad de saber exactamente qué les había pasado, y por qué. Y esa historia no pudo separarse de la Historia del país, y no pudo dejar de remitirse a la Historia de las luchas de Liberación Latinoamericanas y del mundo. El abanico se habría cada vez más.
Hoy creo que la Historia es fundamental porque nos configura. En alguna parte seguimos siendo lo que fuimos. En alguna parte somos lo que fueron nuestros padres y antepasados. Somos lo que somos por lo que fuimos. Es muy sabio el "culto" a los antepasados, de los pueblos originarios. Rescatar del olvido y mantener viva la Historia.
No es tonto el trabajo que hacen las clases dominantes, de tergiversar, modificar, callar algunas partes de la historia para fabricar otro presente, y así influir en el futuro. Como tampoco es tonta cierta forma de contar la historia: billikenizar la historia, marmolizarla y dejarla, quieta, en bronce frío. Así es como de la Revolución de Mayo nos queda un cuadro pintado de 1810, que nada tiene que ver con el presente, (y se borran las huellas de la violencia que necesitó para imponerse). Y no nos damos cuenta de que, por ejemplo, volvimos a ser colonia (en distintos niveles) de las grandes potencias. Lenin decía que si se quería anular el mensaje revolucionario de alguien el mejor método era convertirlo en procer. Así el mensaje queda encerrado en el bronce que todos veneramos pero no sabemos del todo qué significa. Y es, además, inalcanzable. Como cuando se deja de lado el aspecto humano de Jesús: se torna inalcanzable, y por lo tanto, más cómodo (yo no puedo, no soy Dios). Si leyéramos a Mariano Moreno, deberíamos sentir culpa de pensar que con un acto en el colegio los 25 de Mayo basta para honrar su memoria.
La Revolución de Mayo fue llevada a cabo con las armas, además. No hizo falta usarlas porque Cisneros no tenía las pelotas suficientes, pero los Revolucionarios de Mayo fueron armados al cabildo que hoy nos pintan tan romántico, con las mazamorras y los paraguas, y le aclararon a Cisneros que no las llevaban de adorno. Cisneros fue obligado a renunciar, fue un acto con bastantes características "terroristas" o "subversivas". Gracias a Dios.
Pero bueno, me estoy yendo por las ramas. Conocer la Historia es vital. La historia familiar y del propio pueblo. A mí me cambió la vida. La pasión va abarcando después los otros pueblos, hasta que toda Historia importa, toda Historia aporta.
Rodolfo Walsh escribió una vez:
"Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes y mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores: la experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La historia parece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas."

Esta es la historia de como conocí la historia de mis viejos, como fui caminando hacia su pasado, que todavía vive en sus compañeros y en mí. Es la historia de 2 revolucionarios, y de muchos más. Valió la pena cada segundo invertido en conocerla, como escribe León Gieco:
"Todo lo que te lleve saber como esto fue, te servirá para ser en otro tiempo algo más libre"

La Historia compromete con el presente.